martes, 19 de octubre de 2010

¡Qué pena…se acabó la buena suerte!

¡Qué pena…se acabó la buena suerte!



Ricardo Araya Maldonado
El Hincha más Hincha del CDA


Al perder 1-2 frente a Temuco, el cuadro antofagastino quedó relegado al quinto lugar. Resultado merecido, jugando pésimo y sin la buena fortuna de partidos anteriores.


Jugando igual que siempre, -a la nada misma-, con los mismos errores de siempre, con las carencias de siempre y cuando lo abandonó la suerte y no apareció ese gol impensado, fortuito y salvador, sucedió lo que se preveía hace largo rato: la derrota del CDA, jugando de local, ante…¿el rival?, qué importa, da lo mismo, si todos han mostrado iguales argumentos, que ponderados en su justa medida, arrojan modestia y pequeñez futbolística, tanto en los repetidos esquemas de jugar “a no perder”, como en la calidad de los jugadores visitantes, sumado a las triquiñuelas habituales para mantener un resultado.


Desde los primeros minutos apareció el “toque…toque”, que tanto gusta a Ibarra en las pichangas, que él llama entrenamiento. Tocando y tocando lentamente, incluyendo los consabidos pasecitos para atrás, no como recurso apurado, sino como esquema de juego y –obviamente- con cero productividad en el arco rival.


Trascurridas seis fechas, el cuadro puma ha ido de más a menos; tiempo suficiente para reiterar que a este equipo antofagastino le falta “peso”, en todo sentido e independientemente de los resultados, no es más que ninguno de los cuadros que han llegado al Estadio Regional y la quinta posición que ocupa actualmente, es el fiel reflejo de su real poderío, considerando que posee la delantera más feble de los ocho equipos participantes, con apenas cuatro míseros goles anotados.


Además, hace rato se le acabó la “cuenta de ahorro”, que traía de la bonificación del torneo anterior; caso contrario la ubicación puma sería peor en la tabla de posiciones.


Temuco, después del 1-2 perfectamente pudo estirar las cifras, cuando los delanteros sureños entraban como “Pedro por su casa”, en la defensa local, mientras que en el otro arco no pasaba nada, aparte de los caramelos que recibía Martínez, el portero sureño y una que otra intentona de cierto riesgo…igual que siempre.


Erick Pino, pese a su gol, jugó un partido horrible, con el “balde” puesto en la cabeza, con el agravante que de un error suyo surgió el gol de la victoria temucana, al perder un balón en la mitad de la cancha, de puro comilón pichanguero, en vez de profundizar el juego hacia el arco rival. De allí para adelante, visiblemente iracundo, su mente se obnubiló e hizo puras chambonadas.


Al ingresar “Pastelito” Méndez, no quiso ser menos en los errores y, como dicen los argentinos “se achanchó”, es decir, ya demostró lo que sabía con el balón, olvidándose del esfuerzo y jugando con el puro nombre. Así como también fracasó el cambio de Castillo por Castilla, es decir “un malo por otro malo”.


Lo de Castilla, huele a esas “metidas de dedo en la boca”, de antaño, a dirigentes ignorantes del fútbol…físico privilegiado, pero “tronco” consumado, en el cabal sentido futbolístico; le quema la pelota en los pies, de una lentitud exasperante; desubicado dentro del campo y –lo peor- no sabe de mañas, como utilizar el cuerpo en la disputa de balones divididos y mucho menos en avivarse y “ganar la posición”…¿quién lo vio, antes de contratarl asombrosa o?...


Preocupante el futuro puma y muy especialmente para quienes se frotaban las manos con el retorno instantáneo a primera división, descartando por supuesto a los aparecidos de última hora, que se subieron al carro de la victoria, porque escucharon en algún lado, que los antofagastinos marchaban punteros…


Meritorio lo de Richard Olivares, notoriamente excedido de peso y falto de chispa y de fútbol, desapareciendo como aporte en la segunda fracción. Ni él, ni nadie, corrieron a reclamarle al juez de línea, el primer gol visitante, en que el balón rebotó en la mano del delantero Quinteros, en un arbitraje que como siempre tuvo sus cosas raras que perjudicaron a los antofagastinos, pero estuvo lejos de ser un “robo”, o de constituirse en factor determinante en la derrota puma.


Así como van las cosas y observando la arremetida, o regularidad de otros equipos, ya no hay que mirar tanto los dos primeros lugares, que significan el ascenso inmediato, sino que humildemente hay que acariciar la posibilidad de acceder a la liguilla de promoción, llegando tercero o cuarto.


Claro, siempre y cuando no prosiga esta “cuesta abajo en la rodada”, en que se encuentra el equipo puma y no se vislumbra por dónde podría enmendar rumbos, más aún si fue expulsado el defensa central Sotomayor, que pese a que hizo agua toda la tarde, es titular en el equipo.
Quizás, -como pueril, inútil e infantil argumento- habría que volver a pensar en que volverá la buena suerte de los partidos anteriores, que de la nada y como por arte de magia, acumulaba puntitos.

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