lunes, 10 de mayo de 2010

…Y ahora viene la chacota

Ricardo Araya Maldonado


El Hincha más Hincha del CDA

Cuando los pumas ganaron de visita y se acercaban al puntero La Calera, se suspende el campeonato para dar paso a la despreciada “Copa Chile”, donde el CDA enfrentará a Mejillones, un equipo de tercera.

Justo cuando los pumas consiguieron otra victoria de visita y se vislumbraba que cazarían a los punteros en las próximas fechas, se suspende la seriedad del torneo nacional para dar paso a la chacota, a través de la tan manoseada e inútil “Copa Chile”.


Un torneo que se arrastra de antaño, cuyo único propósito para la mayoría de los clubes es “dosificar” su campaña, probando a jugadores reservas, “chiquilines sin historia” y otros, que no han tenido la debida continuidad, a través de una mescolanza de partidos, con equipos de primera división; de los potreros; del fútbol amateur y de alguna Junta de Vecinos situadas en localidades apartadas “lejos del mundanal ruido”, de nuestro país.


Esta vez le correspondió participar a la “selección” de San Pedro de Atacama, que -además-, estará integrada por guías turísticos; algún funcionario municipal; visitantes extranjeros y una que otra “galleta”, llegada de Caspana o Chiu Chiu, que se enfrentarán al equipo de la Universidad Católica y más encima será televisada tamaña ridiculez, con “alaracos del micrófono” incluidos.


En el “sorteo” de los partidos, al CDA le correspondió medirse con Municipal Mejillones, un equipito de tercera y sin brillo.. Todos los demás encuentros, están determinados por la vecindad geográfica de los equipos, repitiendo hasta la saciedad “clásicos”, tan vistos como gastados, como por ejemplo Arica con Iquique, se enfrentarán seis veces esta temporada. Y si ambos clasifican a la segunda ronda, aumentará a ocho la repetición.


En el desarrollo de la “Copa Chile”, los vencedores se enfrentan en partidos tan sólo de “ida”, con el agregado de la definición a penales, otorgando una evidente ventaja al cuadro que juega de local; pero como se trata de una diversión, todo está permitido.


Al menos, las versiones más recientes de este vapuleado certamen, otorgan incentivos a ciertos equipos para competir en torneos organizados por los comerciantes de la Conmebol, que –para variar- los campeones son siempre las mismas instituciones del atlántico, salvo una que otra excepción.


Los campeonatos de antaño de la “Copa Chile”, se jugaban por puro amor al arte y por el gusto de pasarla bien, para regocijo de los técnicos que podían hacer lo que se les diera la gana, pues nadie descendía, ni había liguillas de promoción y los campeones recibían una medalla y un diploma, que compraba algún dirigente, en la librería más cercana a su oficina.


Era tanta la chacota, que cambiaban las reglas universales del fútbol y –por ejemplo- los saques laterales no se realizaban con las manos, sino que se transformaban en tiros libres. Y los verdaderos lanzamientos libres, se ejecutaban sin poner barrera de por medio, por lo cual era muy fácil convertir goles. Por eso, los partidos terminaban con marcadores que más parecían de básquetbol.


Claro que esta entretención vacua, también se “dosifica”, para que la chacota no se acabe tan pronto, ya que después de los primeros partidos de “ida y vuelta”, se suspende para dar paso nuevamente a los torneos tradicionales y a la Copa del Mundo 2010.


De allí que es importante que el flaco Ibarra, también tenga instantes de entretención, sin la presión de un resultado y realice todos aquellos experimentos que a menudo se le ocurren en partidos oficiales y que dejan la crema.


O bien, ensaye nuevas fórmulas, considerando que este año tiene la obligación de subir al fútbol grande.







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