lunes, 10 de agosto de 2009

UN TRIUNFO 2-0 ANTE COQUIMBO


Gran victoria, en la mejor presentación de todo el campeonato

Ricardo Araya Maldonado
El Hincha más Hincha del CDA
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Un triunfo 2-0 ante Coquimbo, que devolvió la alegría a la hinchada albiceleste y que por fin mostró a un entrenador cuerdo y a jugadores mojando la camiseta como verdaderos profesionales


Bonito triunfo del CDA ante Coquimbo. Un 2-0 contundente y gustador, que dejó ampliamente satisfecha a la hinchada y que constituyó la mejor presentación puma a lo largo de toda la competencia, dentro de la mediocre campaña, atiborrada de insatisfacciones variadas, pugnas irreconciliables y un futuro sombrío.
La oncena albiceleste ganó merecidamente con una mezcla de buen fútbol, guapeza, sudar la camiseta y, principalmente, con una alineación lógica sin los típicos errores generados desde el camarín hasta el último cambio, tan propios del resistido Hernán Ibarra, que incluso “se movió de su escritorio”, al instalarse al borde del la cancha para dar instrucciones, gritar y “trabajar” a los jueces, como lo hacen los entrenadores de verdad.
Por fin él y sus dirigidos se convencieron que para ganar a cualquier equipo chileno, tan sólo basta dejar de trotar y marcar a presión en todos los sectores de la cancha y erradicar el típico toquecito de balón, tan lento como intrascendente, sustituyéndolo por el juego rápido y en profundidad, sin caer en el clásico “apichangamiento”, permitiendo que hasta el equipito más modesto se agrandara y consiguiera triunfos y empates increíbles.
El CDA tuvo un rendimiento parejo, sin una gran figura y tampoco sin jugadores rindiendo bajo de su nivel, pero fundamentalmente haciéndose respetar, poniendo la pierna fuerte al filo del reglamento igual que su rival. Es decir, pagándole con la misma moneda, al equipo pirata.
Este flaquito, tardó seis meses en asimilar y adherirse a esta fórmula futbolística tan simple, al descartar el improductivo “toque…toque…”, que gritan los que no saben en los entrenamientos y en los partidos oficiales.
Quizás que reconversión interna lo invadió abruptamente como para cambiar radicalmente en sus convicciones, que tan sólo generaban errores y lo distanciaban de la hinchada, la directiva y en la tabla de posiciones. Quizás hizo un curso rápido, tipo express de entrenador. Quizás, captó mis críticos consejos, de uno que sabe de esto del fútbol. O simplemente dejó la tozudez de lado.
Por eso, con los mismos hombres, el cuadro local presentó un estilo remozado de juego y grato a la vista, pero con las mismas carencias como la falta de un goleador; un caudillo y una figura desequilibrante que gane partidos solito.
Lo dije mucho antes que con el gigante argentino no pasará nada. Lento, falto de recursos y sin ubicación. De igual forma, no pasó nada con el otro refuerzo sureño.
Con esta tercera victoria consecutiva, ojalá no aparezca alguna declaración tan desafortunada como aquella del Osciel “seremos campeones mirando para atrás”, o algún tropicalismo parecido a “si seguimos con esta racha, alcanzaremos al puntero”, porque estos valiosos puntos tan sólo alcanzan para librarse de desaparecer del fútbol profesional, lo cual no era mala idea dentro del caos generalizado en la marcha institucional y deportiva del club.
De cualquier forma, hay que estar atentos, porque a este flaquito le puede venir la “recaída” y volver a sus desastrosos inventos, chambonadas risibles y porfías múltiples. También hay que permanecer vigilantes, ya que los jugadores pueden creerse que están listos para jugar en Europa y andarán a puros saltitos, eludiendo mayor protagonismo.
Mientras tanto, a la espera de enfrentar a Arica, deberemos soportar un entrenamiento entre reservas y con entrada pagada de albos y azules, que a los antofagastinos no interesa, donde por supuesto no faltarán los tontitos sin identidad y los huasitos nostálgicos, que irán a puro entumirse de frío.
Aparte de otros tontitos, que en el entretiempo del partido ante Coquimbo, utilizaron los altoparlantes del estadio y a través de una propaganda barata, promocionaron la súper pichanga entre los “Campeones de Mentira”, cuyo anuncio se ganó una contundente silbatina de los antofagastinos que amamos nuestra tierra.
Es preciso regular la utilización de los altoparlantes y filtrar las informaciones que se entregan a los espectadores, evitando la chacota. Ya estoy harto con los anuncios sobre los resultados de las rifas del “Loco Choche”, cuyos ganadores yacen en el más absoluto misterio, donde las ganancias van derechito a su bolsillo particular.

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